Bajo
esta denominación nos referiremos a las manifestaciones artísticas y
culturales que se desarrollaron en Europa occidental entre los siglos V
al XV. Desde la desaparición del imperio romano de occidente hasta el
nacimiento de la edad Moderna. Un periodo muy amplio de tiempo que
sirvió para consolidar una identidad cultural y artística propia, que
recogerá todas las influencias de la civilizaciones que la ocuparon,
convivieron y transformaron.
2. El arte prerrománico.
En
el 476, cuando el imperio romano de occidente desaparece, el foco
principal de la política y la cultura se desplazó al Imperio Romano de
Oriente, más tarde llamado Imperio Bizantino. Su capital Constantinopla
se convirtió en la heredera de la cultura de la antigua Roma.
Mientras,
las invasiones de pueblos germánicos dieron lugar a la creación de
nuevos estados en Europa occidental desarrollando un nuevo período
artístico entre los siglos V y XI conocido como
prerrománico. Fue una etapa de continuidad social, económica y
artística. La Iglesia como institución fue muy importante ya que fue la
que mantuvo la actividad cultural y artística de este momento.
Los pueblos germanos que se asentaban en Europa no tenían ninguna
tradición artística propia, por lo que mantuvieron las técnicas romanas
aunque empobrecidas en materiales y con influencias propias de cada
cultura. Por lo tanto, las manifestaciones artísticas de este período
fueron técnicamente pobres, imitaron a los monumentos romanos,
aprovecharon en muchas ocasiones sus materiales y añadieron elementos
decorativos de origen germánico. Su evolución artística fue la
siguiente:
Arte visigótico (siglos V-VII).
En Europa los francos se establecieron en la Galia a partir del siglo V.
En el 732 Carlos Martel vence a los musulmanes en la batalla de
Poitiers. Su hijo Pipino el Breve fundó la dinastía carolingia, y el
hijo de este, Carlomagno fue coronado emperador por el Papa León III en
el año 800. Nacía el Imperio Carolingio. Mientras, en la Península
Ibérica y desplazados por los francos, se instalaron los visigodos en el
siglo V. Expulsaron a los pueblos que la habitaban, la unificaron
legislativamente, la convirtieron al cristianismo y establecieron la
capital del reino en Toledo. El reino visigodo perduró hasta la invasión musulmana en el 711.
Su arquitectura
continuó con la tradición romana mediante el uso del arco de medio
punto, la cubierta a dos aguas y la incorporación de un vestíbulo en las
iglesias (nártex). Pero tuvo influencias bizantinas e incorporaciones
propias como el arco de herradura que más tarde adoptaron los
musulmanes. El edificio más importante fue la iglesia, de dimensiones
muy reducidas, con pocas ventanas y con una estructura interior muy
variada, siendo la planta en forma de cruz o planta basilical las más
importantes. Los muros eran gruesos y realizados a base de bloques de
piedra regulares y bien tallados. Los techos a dos aguas solían ser de
madera. Algunos ejemplos son la iglesia de San Juan de Baños (Palencia),
Santa Comba de Bande (Ourense) y San Pedro de la Nave (Zamora).
En escultura
destacaron por la decoración de capiteles de columnas como los de San
Pedro de la Nave (Zamora) y la realización de sarcófagos. Y en orfebrería
son famosas las coronas votivas para colgar en los altares de los reyes
Suintila y Recesvinto, las fíbulas o hebillas, y broches de cinturón en
forma de águila que forman parte del tesoro de Guarrazar del s. VII (Museo Arqueológico Nacional de Madrid)
Arte mozárabe (siglos X-XI). Surge tras la ocupación
musulmana de la Península Ibérica y su posterior conquista por los
cristianos. Englobamos dentro de este estilo a las manifestaciones
artísticas surgidas de las relaciones entre las comunidades cristianas y
la de los nuevos dominadores musulmanes. Aunque también se denominaron
así a los cristianos que huyeron de las persecuciones religiosas
musulmanas y se asentaron en el norte del Duero o el curso alto del
Ebro. El nombre mozárabe es debido a la denominación que tenían los
cristianos que vivían en territorio musulmán.
Su arquitectura
estuvo influenciada por el arte visigodo y musulmán. Esto se traduce en
la utilización del arco de herradura califal (más cerrado que el
visigodo y con alfiz) y las bóvedas de cañón, arcos geminados y uso de
contrafuertes. Como en los anteriores, los templos religiosos fueron las
mejores muestras de este arte. Los más importantes son la iglesia de
San Miguel de Celanova (Orense), San Cebrián de Mazote (Valladolid), San
Millán de la Cogolla (Logroño), San Juan de la Peña (Huesca) o Santa
María de Melque (Toledo).
3. El arte románico.
3.1. Contexto histórico
A finales del siglo X, cuando finalizaron las “segundas invasiones” bárbaras en Europa (ver el post «El feudalismo en Europa»), los territorios cristianos alcanzaron una etapa de estabilidad política, en la que se consolidó el feudalismo
y la hegemonía de la iglesia como institución y referente cultural.
Ésta estimuló el culto a las reliquias y favoreció la peregrinación a
lugares santos. Lo que permitió el desarrollo de nuevas vías de
comunicación mediante las cuales circularon artistas e ideas que
posibilitaron que algunos estilos regionales alcanzaran una difusión
europea como sucedió con el arte románico. Éste se
extendió desde los países escandinavos hasta el sur de Italia y el norte
peninsular, incluyendo buena parte de Europa central e Islas
Británicas. Es el primer arte europeo (aunque tendrá variedades
regionales) y ocupará principalmente los siglos XI y XII.
Su
nombre deriva de las formas constructivas romanas, principalmente de de
su arco “favorito”, el de medio punto. En su difusión y formación de
sus rasgos comunes en toda Europa tuvieron que ver:
La reforma religiosa de la orden de los benedictinos
que desde el monasterio de Cluny (fundado en el 930 en Francia) se
convirtió en el modelo y centro difusor de estas nuevas fórmulas
constructivas que se aplicaron al resto de monasterios fundados por esta
orden en Europa.
Las peregrinaciones a los lugares santos
fomentadas por los benedictinos y relacionadas por el enorme fervor
religioso desatado tras la superación del año 1.000. Que se basaba en la
falsa creencia de que en este año fatídico llegaría el fin del mundo. Y
que se plasmó en el arte con la representación de monstruos y elementos
iconográficos inspirados en el Juicio Final. Pasada la fecha y la
falsedad de las profecías, se generó un sentimiento de acción de gracias
por las comunidades cristianas, y a una renovación del arte religioso
que daría forma al arte románico. Los lugares de peregrinación más
importantes fueron Santiago de Compostela, donde se creyó haber descubierto la tumba de un apóstol directo de Jesús, Santiago; Jerusalén, donde se halla el Santo Sepulcro de Jesucristo, y Roma donde se halla la tumba del apóstol Pedro.
El culto a las reliquias.
Que era la parte del cuerpo o un objeto atribuido a un santo o una
santa. Estos objetos se guardaban en las iglesias y eran el principal
reclamo para los peregrinos que las visitaban.
Los maestros canteros que dirigían cuadrillas de albañiles, carpinteros y escultores, que viajaron por las regiones europeas demostrando sus conocimientos técnicos en la construcción de edificios.
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