Rodrigo Díaz de Vivar (1043-1099), más conocido como el “Cid
Campeador” fue un caballero castellano perteneciente a la pequeña nobleza (un
infanzón), sin fortuna ni propiedades.
Aspiraba a convertirse en un gran señor,
por lo que todas sus andanzas fueron encaminadas a conseguir tal fin. Formó una
mesnada (soldados armados bajo sus órdenes) que puso al servicio de cristianos
y musulmanes. Lo que le valió el destierro de Castilla por Alfonso VI. Llegó a
conquistar Valencia (1094) y crear una taifa bajo su gobierno. Pero cayó en
manos almorávides tras su muerte en el 1099.
Sus hazañas tuvieron mucha repercusión en las crónicas cristianas. Cien años
después de su muerte, en el siglo XIII, se escribió el Cantar del Mío Cid. Un
poema con sus gestas en lengua romance, de casi 4.000 versos en el que se
entremezclan leyenda y realidad. Sus símbolos (espada Tizona y caballo Babieca)
y hazañas contribuyeron a convertirlo en un caballero heroico y en un mito de
la edad media castellana, y de nuestra historia de España.
El territorio conquistado por los árabes se denominó Al-Ándalus. Se trata de un concepto político que responde a una realidad geográfica cambiante, pues el territorio fue variando, disminuyendo, con el avance o retroceso de la Reconquista, llegando a reducirse en los dos últimos siglos de su presencia en la Península al reino de Granada.
La conquista árabe de la Península Ibérica trajo como consecuencia la desaparición del reino de los visigodos, asentados en el territorio peninsular desde comienzos del siglo V. Los musulmanes ocuparon prácticamente toda la Península, pero no la dominaron por completo. En la franja norte existían pueblos que no habían sido dominados tampoco por los visigodos y que no estaban dispuestos a dejarse controlar: esos pueblos eran los astures, los cántabros y los vascones. En la zona del Pirineo también hubo grupos que no aceptaron la dominación árabe y se organizaron en pequeños condados. En el extremo oriental del Pirineo, el monarca franco Carlomagno fundó una frontera o marca, la Marca Hispánica. Desde esos primeros núcleos de resistencia se inició un proceso de conquista y ordenación de territorios, organizándose los reinos que con el tiempo acabarían dominando toda la Península y controlando territorios y población mediante instituciones políticas. Terminado el proceso de conquista, las dos grandes coronas continuaron su expansión por el mar: la Corona de Aragón por el Mediterráneo, y la Corona de Castilla, al mismo tiempo que el reino de Portugal, inició su expansión por el Atlántico. La población de estos reinos cristianos vivió junto a los musulmanes, y a la población judía que había llegado a la Península Ibérica hacía siglos, y su convivencia dio lugar a un rico intercambio cultural.
España, punto de encuentro de culturas: cristianos, musulmanes y judíos.
División étnico-religiosa de la sociedad de los reinos cristianos durante la Edad Media:
Los tres grupos coexistieron pacíficamente durante parte de la Edad Media, pero desde finales el siglo XIV las minorías musulmana y judía, especialmente esta última, padecieron violentas persecuciones que hicieron difícil su vida en el territorio que antes les había acogido con cierto nivel de tolerancia. La convivencia de las tres culturas fue, sin duda, un elemento enriquecedor para la cultura hispana, pues cada una de ellas aportaba elementos esenciales que complementaban a las otras dos. Una de sus obras más evidentes fue la que salió de la Escuela de Traductores de Toledo, lugar de encuentro de sabios e intelectuales de las tres culturas.
Las instituciones políticas.
Hay que distinguir las instituciones de la Corona de Castilla y la Corona de Aragón.
La corona de Castilla.
La Monarquía. Se fue definiendo en los siglos de la Edad Media. Comenzó siendo electiva en el reino astur, y poco a poco se convirtió en hereditaria. Hubo muchos problemas de legitimación y desde el siglo XIV comenzó el proceso de afirmación de la monarquía autoritaria.
Las Cortes Se reunieron por primera vez en el año 1188 en el reino de León. Se considera como primera reunión de cortes la asistencia a una curia (consejo del rey compuesto por nobleza y clero) de representantes de las ciudades. En las cortes medievales se reunían representantes de los tres estamentos de la sociedad, nobleza, clero y pueblo. Su función era muy distinta de la actual, pues no podían legislar, sino que su principal misión era votar los subsidios económicos que pedía el rey, y apoyar el nombramiento del heredero de la corona.
Los Regimientos Son los actuales ayuntamientos. Probablemente el primer regimiento fue el de la ciudad de Burgos, creado por el rey Alfonso XI en el año 1345. Para el buen funcionamiento de la monarquía era esencial el control y buena ordenación de ciudades, villas o lugares de menor tamaño, y por ello el rey consideró importante intervenir en su ordenación, en un momento en el que la monarquía actuaba para conseguir un mayor autoritarismo. El regimiento estaba compuesto por alcaldes y regidores, en número que variaba de unos lugares a otros, dependiendo de diversos factores. Sus funciones eran muy amplias: administración de justicia, manejo de la hacienda y atención a los problemas que se planteaban a los habitantes de la localidad.
La corona de Aragón.
La Monarquía La Corona de Aragón estuvo integrada por tres reinos distintos. El origen de la corona estuvo en el condado de Aragón, que se transformó en reino a mediados del siglo XI. En el año 1137 el matrimonio de la heredera del reino de Aragón, la niña Petronila, con el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, dio origen a la corona de Aragón. Más adelante surgió el tercer reino, Valencia, tras la conquista de los territorios de Levante por el rey Jaime I el conquistador. La forma de gobernarse estos tres territorios era el pactismo, una especie de estado federal en el que cada reino mantenía unas formas propias de regirse. Así cada uno de los territorios tenía, por ejemplo, unas cortes propias, y el rey veía limitado su poder por las leyes, usos y costumbres de cada reino. Se habla de pactismo porque esa forma de gobierno provenía supuestamente de un pacto del rey con sus súbditos. Como el rey no podía estar siempre en cada uno de esos reinos, nombraba a un representante para que ejerciera sus funciones cuando él no estaba presente. Estos fueron llamados Procuradores, Gobernadores, Lugartenientes o Virreyes.
Las Cortes En cada uno de los reinos se celebraban reuniones de cortes, con formas de organización independientes.
Los Fueros Normas particulares por las que se regían las ciudades, villas o lugares de la Corona. Esta situación cambió a mediados del siglo XIII, cuando el rey Jaime I ordenó hacer una recopilación de los fueros existentes y ordenar la redacción de los fueros de Aragón, que se aplicaron en todo este reino.
La Inquisición El tribunal eclesiástico que había creado el papa Inocencio III para luchar contra las herejías se introdujo en el reino de Aragón a mediados del siglo XIII.
En el 711 el reino visigodo se encontraba en una guerra de sucesión
entre don Rodrigo y los familiares del rey anterior, Witiza. Estos
últimos pidieron ayuda a los musulmanes bereberes del Magreb. El
gobernador Muza manda a su general Tarik, quien cruzan el Estrecho de
Gibraltar y derrota a don Rodrigo en la batalla de Guadalete (711)
La conquista fue rápida ya que el reino visigodo estaba muy debilitado. Además influyó que muchos nucleos de población mostraron indiferencia, mientras que otros tantos prestaron colaboración,
como fue el caso de Tudmir o Teodomiro rey visigodo de Murcial. De esa
forma los ejercitos de Tarik y Muza controlaron la Península en muy poco
tiempo (718) a excepción de la zona asturiana.
En función de la actitud de los pobladores se siguieron dos modelos de conquista:
Rendición incondicional.
La sufrieron aquellos que opusieron resistencia a los musulmanes.
Perdieron sus tierras, que fueron repartidos entre los conquistadores, y
sus derechos
Rendición pactada o capitulación.
Aquellos que se sometieron volutanriamente el poder musulmán fueron
respetados y pudieron mantener sus tierras a cambio de un tributo. Este
fue el procedimiento más habitual.
Provincia dependiente de Damasco (718- 756)
Tras la conquista, el nuevo territorio se incorporá al califato Omeya de Damasco. El nuevo territorio recibió el nombre de Al-Ándalus.
Se trataba de una provincia o emirato dependiente con capital en
Córdoba y gobernada por un valí. A pesar de tener conquistado casi todo
el territorio ibérico la expansión continuó hacia el norte donde fueron derrotados por Carlos Martel en Poitiers (732).
Tras la derrota los musulmanes abandonan el territorio franco y se
replegaron en la Península Ibérica. Los musulmanes dividieron el
territorio y ejercieron los principales puestos políticos y
administrativos.
Emirato independiente (756- 929)
La dinastía de los omeyas fue reemplazada de una forma sangrienta por los Abasies. Solamente un miembro de la familia omeya sobrevivió a la matanza y huye hacia la Península Ibérica. Abd-al-Rahman I venció al emir de Al-Ándalus y rompió los lazos políticos con Damasco,
aunque siguió aceptando su dependencia religiosa. Fue una época de
muchos conflictos internos, aunque supuso un despegue económico y
cultural de Al-Ándalus. A Abd-al-Rahman I le siguierón:
Hisham I. Construyó un reinado estable y realizó expediciones y saqueos en los reinos cristianos del norte
Al-Hakam I. Atacó a los cristianos de Navarra y Aragón
Abd-al-Rahman II. Auspiciará un esplendor cultural inigualable. Sufrirá luchas internas, el avance cristiano y revueltas sociales en Toledo.
Califato de Córdoba (929-1031)
En 912 Adb-al-Rahmán III accede al poder. Se enfrenta a una serie de problemas:
Disputas internas
Ataques de los reinos cristianos del Norte
Amenazas al comercio marítimo por parte de los musulmanes del norte de África
Tras imponer su poder por encima de ellos, en 929 aclamará su independencia religiosa. De esta manera Abd-al-Rahmán III proclamará el Califato de Córdoba.
Se abre así la época de mayor explendor de Al-Ándalus, esto supone un
auge económico, mejora del comercio, poderío militar frente a los
cristiaanos y los reinos del Norte de África. Tras su muerte reinarán:
Al-Hakam II. Apoyó una
gran expansión política y militar. Su biblioteca se convirtió en una de
las mejores. El reino vivió una gran esplendor
Hisham II. Accede al
poder con tan sólo 11 años. Su hayib o chambelán gobernará en su nombre,
hábil político y estratega se le conocerá como Al-Mansur, que quiere
decir el victorioso.
Reino de taifas y los pueblos norteafricanos (1031-1237)
Desde el año 1008 el Califato comenzó a desmembrarse. En el 1031 existían más de 25 reinos creados a partir de la desintegración del Califato. Las taifas eran una especie de ciudades Estado.
Entre las taifas más importantes se encontraban las de Sevilla, Toledo,
Badajoz, Zaragoza, Málaga, Córdoba, Albarracín, Tortosa, Valencia,
Denia, Baleares y Granada. Las más poderosas atacan a las más débiles.
Lo que favoreció la expansión de los reinos cristianos. Algunos taifas para evitar ser atacados por los reyes cristianos pagan un tributo llamado parias
que hizo que la economía de las taifas no pudiese superar este lastre
económico. En 1085 Alfonso VI conquistó Toledo, antigua capital del
reino visigodo.
Existieron hasta tres épocas donde el sistema de organización
política eran los reinos taifas. La constante amenza de los reinos
cristianos sobre los musulmanes llevaron a que los reyes musulmanes de
las taifa, viendo peligrar su vida, pidieran ayuda a poderes emergentes
del norte de África. Esto fueron los siguientes:
Almorávides (1086): Dinastía de origen bereber que
unificó de nuevo Al-Ándalus bajo su poder. Conquistaron parte del Magreb
y Marruevos. Lograron frenar el avance de los cristianos y avanzar la
frontera musulman hasta el Tajo y el Ebro, recuperando por tanto mucho
terreno a los reinos cristianos.
Tras la derrota y expulsión de los Almorávides de la Península
Ibérica, los musulmanes andalusí volvieron al sistema de taifas. Pero
este mostró de nuevo sus carencias frente a los reinos cristianos. Los
reyes de las taifas dedicen de nuevo llamar a un segundo poder islámico.
Los Almohades:
desplazaron a los Almorávides como poder efectivo en el norte de África.
Tras la llamada de ayuda de los reinos taifas, reunificaron Al-Ándalus y
lanzaron una ofensiva contra las reinos cristianos. El declive de los
almohades comienza con la alianza cristiana para expulsar al invasor
musulman. La derrota definitiva llegarán en las Navas de Tolosa (1212).
Reino Nazarí de Granada (1237-1492)
La taifa de Granada será la única que sobreviva al avance cristiano. Gobernada por una dinastía nazarí, esta taifa comprendía Malaga, Almería, Granada y parte de Cádiz. Su supervivencia se explica gracias a los impuestos que pagaban a los reyes cristianos, los conflictos internos entre nobleza y realeza y las propias alianzas que tejieron con los reyes cristianos.
En 1492, Boabdil, el último rey nazarí, entregó Granada a los Reyes Católicos tras un largo asedio. Con esto se puso fin al dominio musulmán en la Península.
El desarrollo político de los casi ocho
siglos de Al Ándalus es bastante complejo.
EMIRATO DEPENDIENTE (711-756)
En el año 711, con la entrada de las
tropas musulmanas en Hispania, la península ibérica se convertirá en una
nueva provincia (valiato o emirato) del imperio islámico. Este
territorio seguirá dependiendo del califato de Damasco hasta 756 en que
se proclamen independiente.
EMIRATO INDEPENDIENTE (756-929)
Tras el golpe de Estado de la abbasida en
750 y la eliminación de todos los miembros de la familia real, el único
superviviente Omeya, Abd al-Rahman III independiza políticamente el
emirato en 756.
CALIFATO DE CÓRDOBA (929-1031)
En 929 el emir Abd al-Rahman III se
proclamará comendador de los creyentes (califa), iniciando la etapa de
mayor esplendor de Al Ándalus, el califato. Tanto él como su hijo
llevarán a Córdoba a las mayores cotas de desarrollo político, económico
y cultural de su Historia.
REINOS DE TAIFAS (1031-1090)
Tras la muerte de Almanzor, en 1002, sus
sucesores (Alb al-Malik y Abd al-Rahman “sanchuelo”) no consiguieron
mantener el nivel militar de su padre y el califato entró en una crisis
de la que no se pudo recuperar. Ante la debilidad de los califas que
sucedieron a Hixem II, las distintas familias que formaban la
oligarquías locales comenzaron a independizarse en los llamados reinos
de Taifas. Aunque las primeras taifas se independizaron muy pronto, no
lo hicieron formal hasta que en 1031 se abolió el califato.
IMPERIO ALMORÁVIDE (1090-1147)
Después de haber reunificado Al Ándalus,
los almorávides fueron incapaces de hacer frente a la crisis interna que
se originó con la aparición de los almohades en territorio africano,
así como las derrotas sufridas ante las tropas cristianas. Su territorio
acabó por desintegrarse de nuevo en pequeños estados.
SEGUNDOS REINOS DE TAIFAS (1140-1203)
La debilidad almorávide favoreció que los
poderes locales se hicieran de nuevo con el poder y Al Ándalus se
disgregara de nuevo en diferente Taifas. La mayoría de estos nuevos
estados a penas sobrevivieron tras la llegada de los almohades en 1147.
IMPERIO ALMOHADE (1147-1224)
Los almohades reunificaron, por tercera
vez, el territorio musulmán en la península. Tras la derrota de las
Navas de Tolosa el poder almohade se debilitará y favorecerá la futura
expansión de los reinos cristianos.
REINO NAZARÍ DE GRANADA (1238-1492)
El último de los reinos musulmanes
peninsulares sobrevivirá dos siglos y medio gracias a su vasallaje con
Castilla, la alianza con los benimerines del norte de África y a la
propia orografía del sureste peninsular. Con la desaparición del reino
de Granada se puso fin a la larga presencia de los musulmanes en la
península.